De padre alemán y madre española, Daniel Brühl es un actor polifacético que sabe adaptarse a cada nuevo registro en el que se involucra y gracias a ello, ha conseguido labrarse una carrera en el mundo del cine siendo su personaje del largometraje Good Bye, Lenin! (Wolfgang Becker, 2003) el que le dio el reconocimiento mundial pero al que le han seguido y precedido personajes en su mayoría oscuros muy distintos entre sí que le han hecho destacar en sus interpretaciones por su ferviente involucración y sus distintos registros tan bien interpretados. El documental Daniel Brühl: El atractivo del mal (Annebeth Jacobsen & Lukers Hoffmann, 2022) sirve para repasar su trayectoria cinematográfica con los comentarios del propio actor así como de compañeros de cine que han trabajado con él y terminan de describirnos quién es Daniel Brühl.

Con especial atención a películas como El sonido blanco (Das weisse Rauschen, 2001) y su papel de joven esquizofrénico, Good Bye, Lenin! (2003) y la historia de cómo llegó a conseguir este papel, Los edukadores (The Edukators, 2004) y la labor de Brühl haciendo que esta cinta merezca la pena, Salvador (2006) en la que habla catalán para dar vida a Puig Antich, Gloriosos Bastardos (Inglorious Bastards, 2009) y su historia con Tarantino, Rush (2013) con una interpretación sublime de Niki Lauda con acento austriaco, Yo y Kaminski (Ich und Kaminski, 2015) con la que renovó su imagen a través de la comedia, su personaje en las películas de la saga Vengadores o su estreno como director en la cinta La puerta de al lado (Next Door, 2021), el documental no llega a hablar de los sesenta largometrajes que conforman la carrera del joven actor hasta el momento pero se detiene en algunas de las cintas que han supuesto un punto de inflexión para Brühl.

La sinceridad de todos aquellos que participan en este documental desde directores como el propio Wolfgang Becker hasta actrices que han trabajado con él como Julie Delpy o Katharina Schüttler y las palabras del propio Daniel Brühl reconociendo sin tapujos que no son para él indiferentes los momentos de duda, fracaso y la presión de estar siendo evaluado por otros constantemente completan un reportaje que resulta interesante y que nos hará querer ver más películas del actor e incluso revisar aquellas que disfrutamos en su momento. Todos los que aparecen en el documental reconocen la gran labor como actor y los polifacéticos registros a los que se enfrenta Daniel Brühl y confiesan cómo su ascenso en Hollywood no ha cambiado a un actor que dentro de sus particularidades, sigue siendo un hombre bastante normal que parece seguir teniendo los pies en la tierra.


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