A estas alturas es difícil encontrar a alguien que no haya oído hablar de la última película de Fernando León de Aranoa. El Buen Patrón (2021) se ha estrenado en distintos países de todo el mundo y su feedback ha sido en general muy positivo. Y es que esta cinta no dejará a nadie sin reflexionar tras conocer a Julio Blanco, el jefe de una empresa de básculas que desde su comienzo se nos muestra como un jefe amigable con sus trabajadores en la compañía que dirige pero que conforme vamos conociéndole, vamos viendo la verdadera cara de este hombre de negocios.

A través de la comedia, el espectador será cómplice de la forma en la que este jefe lleva su trabajo y su casa. El humor ayudará a describir a este pícaro y veremos así la implicación del jefe con algunos de sus empleados, con los que se llegan a sobrepasar en ciertos momentos las barreras de la intimidad de los trabajadores. La caradura, hipocresía, cinismo y el ejemplo de ser humano que todos hemos podido llegar a conocer en algún momento de nuestras vidas ya bien sea en el ambiente personal en sectores como la empresa privada como en personas de sectores como la política o los medios de comunicación nos demuestran que este tipo de gente existe en la vida real y son la cara menos amable del mundo y la lacra de la sociedad.

León de Aranoa se centra en una semana concreta en la vida de Julio Blanco para que el espectador llegue a conocer a su protagonista, y Javier Bardem es el actor que con una interpretación sublime se mueve a través de la comedia y el drama para dar vida a este patrón que usa a las personas para su interés personal como suele ocurrir demasiado frecuentemente en el mundo laboral y abusa del poder que tiene para salirse con la suya. El buen patrón tiene mucha crítica social en esta comedia negra que nos dejará bastante pensativos con lo rápido que hemos seguido a este personaje y la facilidad y cierta comodidad con la que nos hemos adentrado en su vida.

«Trabajas para mí, ya eres de mi propiedad» – Julio Blanco a una nueva trabajadora