«Aquí los chicos se creen más listos que las chicas. Piensan que las chicas no sabemos hacer nada y que los chicos pueden ir donde quieran, mientras nosotras debemos quedarnos en casa. Solo es un problema porque las chicas son mujeres y ellos son hombres». Con estas palabras de Shoukria, una niña de 9 años que vive en Kabul y que junto a su amiga Arezo limpian zapatos en la acera de una calle en busca de dinero para poder comer tanto ellas como sus familias, empieza el documental Hijos de los talibanes (Jordan Bryon & Marcel Meltelsiefen, 2023). Protagonizado por dos niños de 8 años que son hijos de altos mandos talibanes y dos niñas de 9 años que han perdido a sus padres y otros familiares en las guerras que lleva viviendo su país durante décadas, el documental describe la situación de la población afgana desde que los talibanes ocuparon el poder y se fueron las tropas americanas en agosto de 2021.

Centrándose en la mirada de estos cuatro niños que pertenecen a clases sociales distintas, Hijos de los talibanes describe la realidad de un país en el que la guerra ha cambiado de forma drástica y forzosa las vidas de los seres humanos que allí residen. Mujeres, niños y hombres sobreviven en circunstancias en su mayoría precarias en las que el hambre, la pobreza y las condiciones infrahumanas de quienes sobreviven a la guerra obligan a los niños de la familia a trabajar a edades muy tempranas. Mediante grabaciones dentro de las casas de estas familias y en las calles a las que salen diariamente, los niños juegan con armas y los hombres llevan ametralladoras a sus hombros mientras comen todos juntos. En el caso de las mujeres, la educación está prohibida para muchas mujeres por el régimen talibán. Una realidad que es complicada de entender para muchos de nosotros pero que está teniendo lugar actualmente.

El documental relata la desesperación de familias enteras ante la situación actual que viven y el futuro tan incierto y desolador que vislumbran así como la perspectiva más acomodada de los hijos de los talibanes, y lo cuenta desde la calma escuchando las palabras de sus protagonistas y viendo la realidad a la que se enfrentan, que para ellos se han convertido en una normalidad forzada y que a muchos de nosotros como espectadores que vemos el documental desde la comodidad de nuestros hogares, nos parecerá un retrato de ficción. A pesar de la oscuridad, Hijos de los talibanes nos muestra un rayo de esperanza a través de estos niños que son el futuro del país. Con la ayuda de una narradora que contextualiza la historia del país y gracias a la perspectiva de estos cuatro niños que viven realidades diferentes, el documental llama más la atención del espectador a descubrir la grave situación de estas familias y a su vez, les anima a ver su lucha constante e incesante para mejorar su país pese a sus condiciones. El mensaje está claro, la educación es primordial para que niñas y niños puedan labrarse un futuro digno y las guerras solamente impiden tener una vida saludable a la población civil que las sufre.


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