Los más jóvenes puede que no lo conozcan pero para la gran mayoría, el actor Michael J. Fox es un mito reconocido de los años 80 que consiguió una fama apoteósica gracias al papel de Marty McFly en la trilogía Regreso al futuro (Back to the Future, Robert Zemeckis, 1985). El éxito y reconocimiento que tuvo en su carrera cinematográfica llegó con la misma rapidez con la que fue diagnosticado con la enfermedad de párkinson cuando todavía no había cumplido treinta años. Con La vida de Michael J. Fox (Still: A Michael J. Fox Movie, David Guggenheim, 2023), el actor a sus sesenta años quiere contar su historia porque como él mismo dice, su mundo va encogiendo cada vez más.
El documental recrea la historia de su vida que el propio actor va narrando y contando en primera persona en unos primeros planos en los que habla directamente al espectador y con los que responde a las preguntas que le realiza el director. Su vida pasada se reconstruye a través de la ficción que interpretan unos actores con gran parecido físico a los verdaderos así como con secuencias extraídas de sus propias películas y series de televisión. El conjunto de todo ello crea una composición muy lograda en la que pasado y presente se combinan constantemente mostrándonos las dos caras de la moneda. Por un lado, el enorme éxito y fama de un joven actor y por otro, la lucha de esa misma persona tras ser diagnosticado con una enfermedad degenerativa que va empeorando progresivamente. La música del compositor John Powell y canciones de la época de bandas como INXS, Guns N’ Roses, Joe Walsh o Kenny Loggins terminan de dar forma a este reportaje.
Con una primera secuencia que nos lleva al año 1990 cuando Fox se levantó resacoso con un dedo meñique que se movía solo y que anticipaba un mensaje del futuro, en este viaje conocemos la vida de un actor al que siempre le acompaña su sentido del humor —tanto en sus papeles televisivos y cinematográficos como en la vida real—, y que tuvo que enfrentarse a una enfermedad crónica desde muy joven. Con anécdotas curiosas como sus inicios en Hollywood, la llegada al mundo de la televisión con una serie que le salvó de la ruina o cómo consiguió el papel de Marty McFly, pero también momentos más personales como su aceptación de la enfermedad, la figura de su mujer y familia o el momento de anunciar su enfermedad públicamente, lo cierto es que La vida de Michael J. Fox tendría una traducción más bonita y verdadera de haberse traducido literalmente a ‘Quieto’ ó ‘Todavía’ con esa doble implicación de la palabra en inglés pero en cualquier caso, no siendo fácil contar cómo una persona puede afrontar y aceptar una enfermedad como el párkinson, este documental está narrado, contado y estructurado de forma brillante para que el espectador conozca, comprenda y empatice con la figura de Michael J. Fox.
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