Las series utilizan cada vez más el gancho de tener unos personajes principales con gran atractivo físico como cartel introductorio. Cuando empezamos a ver Blindspot (Mark Pellington, 2015) observamos como su reparto está compuesto por actrices y actores que sin ser realmente conocidos, tienen todos en común una belleza que tiende a enganchar a la hora de permanecer sentados frente a la pantalla. Y si a ello le sumamos el hecho de tener una trama de intriga que tiene ingredientes de series que tuvieron éxito años atrás, no nos importa darle una oportunidad a una serie como ésta.

blindspot-iiEl reparto principal de Blindspot

Es inevitable que el primer capítulo de la serie ya nos recuerde esos tatuajes que descubrían la salida de una cárcel en el cuerpo de Michael Scofield en Prison Break (Paul Scheuring, 2005), que la amnesia de la protagonista y el hecho de poder hablar múltiples idiomas o poder defenderse luchando cuerpo a cuerpo nos traiga a la memoria al mítico Jason Bourne, o que incluso esa búsqueda de querer conocer su identidad, su pasado y el comienzo a trabajar en un organismo oficial/secreto nos recuerde al personaje de Peta Wilson en Nikita (Joel Surnow, 1997).

Sin ser una serie que llegue a enganchar, la variedad de casos que se estudian en Blindspot junto con la introducción de nuevos personajes que van apareciendo a lo largo de la temporada son los que nos animan a seguir viendo la serie. Además, la trama está repleta de constantes saltos en la historia que destacan y a la vez llegan a cansar conforme se va acercando la recta final de su primera temporada debido a esos 23 capítulos que parecen estar constantemente dándole vueltas a los mismos asuntos. Sin embargo, el giro de 360º que parece que le han dado a la serie en su inicio de segunda temporada vuelve a ponernos frente a la pantalla esperando que su final pueda mejorar al de la primera.