Es interesante ver por dentro un mundo que hasta ahora sólo nos hemos imaginado gracias a la cantidad de realities que triunfan en las cadenas de televisión tipo Casados a primera vista o Un príncipe para Corina. En los tiempos en los que vivimos, podíamos imaginarnos el mundo de falsedad que se vive en este tipo de programas y la hipocresía de la gente que participa en ellos, y la serie Unreal (Marti Noxon & Sarah Gertrude Shapiro, 2015) nos lo confirma. Desde el primer capítulo, lo más característico es que enseguida nos damos cuenta que todo el grupo de gente que conforma el reality tiene un propósito claro y todos van a a por él, llevándose por encima a quien se ponga en su camino.
Unreal es el mero reflejo de la sociedad en la que vivimos y del tipo de programas que están en apogeo en la televisión actual, con una audiencia realmente destacable y sorprendente. Y eso va desde programas como Sálvame, con sus chismorreos, gritos y vulgaridades, hasta el mercado de carne que actúa en el plató de Hombres, mujeres y viceversa. La televisión de hoy en día se nutre de esa falsedad y del interés de un gran número de espectadores que tienen interés en ver este tipo de programas que crean unos desvaríos diarios para entretener a una población aburrida de su clase política y de sus problemas diarios, y que encuentran en estos programas un entretenimiento vulgar y cómodo.
Una imagen de la serie ‘Unreal’ (Foto: IMDB)
Lo que sorprende de Unreal es el personaje protagonista que interpreta la actriz Shiri Appleby. Nos la presentan como alguien diferente al resto, alguien que parece tener sentimientos por la gente que le rodea, y sin embargo, nos enseñan en cada episodio cómo se aprovecha de las participantes para crear más audiencia ya sea por decisión propia o por órdenes de otros. Es contraproducente porque en cada episodio nos quieren hacer creer que sí que le importa la gente a la que al mismo tiempo está machacando y destruyendo. Además, una de sus características principales de la protagonista es su masoquismo, le gusta sufrir y hacerse daño siempre que puede y debido a esto, vemos como lleva una vida mísera y solitaria. Ella es la tragedia personificada, una característica que desgraciadamente es muy común en los personajes femeninos de las series de televisión estadounidenses —véase como ejemplo cercano Meredith Grey en Anatomía de Grey (Shonda Rhimes, 2005)—.
⇓ SPOILERS A CONTINUACIÓN ⇓
La guinda final es hacernos creer que ante todo puede existir la amistad entre los dos personajes femeninos principales. El último capítulo de la primera temporada nos dice algo así como, a pesar de no tener amor en nuestras vidas, siempre nos quedará la amistad, dándonos así una idea ‘unreal’ y falsa de lo que es la amistad, porque no olvidemos que en un mundo repleto de traiciones, egoísmo y dinero como el que viven, jamás podrán llegar a encontrar la amistad, y mucho menos cuando estamos viendo cómo se hacen daño mutuamente.
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