Solo una vez (Guillermo Ríos, 2021) es una película que con un pequeño reparto, se centra en tres personajes protagonistas que interactúan entre sí para intentar resolver el conflicto que ha tenido lugar entre una pareja en lo que parece ser un caso de violencia machista.
Todo comienza cuando no son ni las nueve de la mañana y un joven acude en su moto a un centro de atención social al que ha sido citado. Un nuevo lugar que ha abierto recientemente en un barrio acomodado, y cuya arquitectura y minimalismo produce cierta tranquilidad y paz que contrasta con los temas que allí suelen tratarse. La llegada de un hombre que hace una pintada insultante en el edificio trastoca la armonía.
Solo una vez: una frase que encierra una realidad dolorosa
El título sirve para enfatizar una frase que parece ser repetida por muchos hombres y mujeres que viven una situación de maltrato, “solo ocurrió una vez”, y que les sirve de disculpa para excusarse en que no volverá a repetirse. Con ella justifican el uso de la violencia que han cometido o sufrido, olvidando que la violencia no está justificada en ningún caso.
Una psicóloga especializada en tratar estos casos y una joven pareja que, tras recibir una denuncia, él es obligado a acudir a este centro de atención social para atender varias sesiones psicológicas, son los protagonistas del filme. En medio de todo ello, un hombre —el marido de una de las pacientes de la psicóloga—, acosa y amenaza diariamente a la facultativa sin que la policía haga nada al respecto. De esta manera nos adentramos en unas historias muy reales, pero con toques de ficción que terminan creando una especie de thriller dramático.
Ariadna Gil, Álex García y Silvia Alonso: el peso del drama
La duración de la cinta ayuda a que no se haga demasiado larga y el toque fílmico que se ofrece al relato con la tensión siendo la protagonista de dos historias turbias hace que el miedo sea una de sus características principales, Solo una vez posee unas buenas interpretaciones del trío protagonista formado por Ariadna Gil, Álex García y Silvia Alonso —especialmente necesarias para este tipo de cintas con apenas un mismo escenario—.
El largometraje habla en primera persona de violencia machista, y denuncia las amenazas y acoso que sufre una trabajadora por la labor que realiza. Una realidad aterradora pero que lamentablemente tiene lugar, y que aquí se relata con una mezcla entre realismo y ficción creando una combinación que resulta ser un acierto.
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