Centrada en el momento en que se conoció la pareja cuando Elvis Presley tenía 24 años, y Priscilla Ann Wagner 14 años, y hasta su divorcio casi quince años después, la película Priscilla (Sofia Coppola, 2023) se inspira en las memorias que la propia Priscilla escribió en un libro llamado ‘Elvis and Me’, y cuenta la historia de vida de estas dos personas en la que descubrimos a un hombre agresivo, controlador y abusador al que todos conocemos bien por su música, y que choca mucho con ese mismo cantante que retrató Baz Luhrmann, a quien el director parecía querer perdonar y ensalzar —aún más— su nombre y persona en la película Elvis (2022) —leer reseña pinchando aquí—

Es curioso que aunque la historia pretende ser la de Priscilla, Elvis Presley sea casi más protagonista que ella durante toda la historia. Sin embargo, tiene sentido cuando nos damos cuenta de que, fue Presley quien moldeaba y decidía por Priscilla en todos los momentos de su vida, y la utilizaba como una marioneta más de la vida que él mantuvo, gracias a un nombre artístico que hoy queda demasiado manchado por su figura como depredador, a pesar de tantos otros documentos que siguen intentando limpiar la imagen del cantante. Por todo ello, Priscilla es un filme terriblemente dramático que nos hace sentir que estamos frente a una cinta de terror conforme vamos descubriendo más su historia. Y de esa misma forma, conseguimos empatizar con una niña que acaba de conocer a un ídolo de masas y se enamora de él, y vemos como un hombre adulto consigue atrapar a esa niña para hacer con ella lo que más le apetece a cada momento.

Mucho hay para la reflexión en esta película que nos muestra la vida que tuvo Priscilla desde que conoce a Elvis y fue a vivir a Graceland. Muchos temas se tratan aquí, y más allá de cuestiones como el control exacerbado que este tuvo sobre ella, el consumo de drogas, el abuso físico y psicológico, o la manipulación constante a la que ella era sometida; todo ello define bien la personalidad machista y tóxica que tanto hemos visto repetida durante décadas, y que ahora, por fin, empezamos a denunciar públicamente para ponerle freno. Con la música de Santana, Brenda Lee, Tommy James & The Shondells o Frankie Avalon y con la excepcional interpretación tan emocional de la actriz Cailee Spaeny en el papel de Priscilla, Sofia Coppola relata lo que para el mundo pudo ser una historia de amor de cuento de hadas pero que, tal y como es Instagram hoy en día, escondía un relato de terror en el que en la pareja solo había una voz, que además era autoritaria, abusadora y terriblemente machista.


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