El debut en el guión y dirección de Carlo Mirabella-Davis es ante todo una pieza visualmente maravillosa. Con los encuadres, los colores y el sonido perfectamente estudiados, Swallow (2019) narra la historia de una ama de casa que vive en un lugar acomodado llevando una vida pudiente y cuando descubre estar embarazada, empieza a adquirir una serie de comportamientos que le llevan a tragar todo tipo de objetos y a dañar su salud. La película nos hace descubrir la vida tan solitaria que lleva esta joven que se pasa los días prácticamente sola en casa hasta que llega su marido de trabajar y cuando se rodea de gente lo hace con su marido y la familia de este.

Swallow pronto se convierte en un drama psicológico que nos hace querer saber más sobre esa obsesión y lo que ha llevado a la protagonista a herirse a sí misma. La actriz protagonista Haley Bennett deslumbra con una interpretación en la que recae el thriller que acompaña a la historia de su personaje y que iremos descubriendo poco a poco conforme se desarrolla el relato. Ella es el eje principal del filme y con la dulzura y perfección que representa llegaremos a sentir la perturbación y trastorno que vive, así como el agobio y frustración de su vida por acomodada que sea.

Con una primera parte muy original por el brillante retrato que se realiza con esa cuidada estética, maravillosos planos y una combinación de silencios y sonidos; su segunda parte da un giro imprevisto en el que se descuida más esa puesta en escena y se centra en desarrollar su complicada narración y lo hace utilizando un estilo más cercano a Hollywood que lo aleja de esa cercanía al cine independiente con la que empieza la cinta. En cualquier caso, la historia de Mirabella sirve como crítica de género sobre cómo la sociedad está construida en torno al dominio del patriarcado y a un control excesivo de este, y lo hace con una ópera prima que sorprende y con la que el director sale muy bien aireado.