El cine nos acompaña en todas las etapas de nuestra vida, desde nuestros inicios en el colegio, en la adolescencia, con nuestro primer amor, el primer trabajo, momentos que empezamos a descubrir nuevas experiencias, los cambios en nuestra vida, los baches en el camino y un largo etcétera. Y el cine no sólo nos sigue y nos ayuda a recorrer todos esos momentos de nuestra vida sino que también nos abre las puertas a otros mundos que sin él, puede que nunca llegáramos a vivir e imaginar. Es el amor por el cine lo que guía la película Cinema Paradiso (Nuovo Cinema Paradiso, Giuseppe Tornatore, 1988), un largometraje que narra la historia de un niño que descubrirá desde muy joven su pasión por las películas.

Gracias a los habitantes del pueblo y en especial a personajes como Alfredo —interpretado por el actor Philippe Noiret—, Salvatore vivirá una infancia que recordará siempre con añoranza y nostalgia y con la que el espectador recorrerá tres de sus etapas más importantes: la infancia, la adolescencia y la madurez. La vida rural, los primeros aprendizajes, los primeros besos en el cine y el amor de la gente que nos rodea se unen al romance, el drama y la comedia de la historia dejándonos una película nostálgica que nos recuerda los buenos momentos que vivimos en la vida y que nos hará adentrarnos en ella con una sonrisa constante en la historia de Salvatore, un pequeño gran hombre que con añoranza, terminará mirando a su pasado y a todo aquello que le ha hecho ser el humano que es ahora.

«La vida no es como la has visto en las películas. La vida es más difícil» – Alfredo