Hace unas semanas comentaba con mi abuela un artículo que leímos ambas en la revista XL Semanal sobre unos trillizos que fueron separados al nacer y por pura casualidad, se conocieron a los 19 años. A ambas nos impactó la noticia y cuando supimos la razón de la separación de los hermanos al nacer, el debate fue todavía mayor, ¿hasta dónde está dispuesto a llegar el ser humano para conseguir sus propios propósitos? ¿Dónde queda la empatía hacia el resto de la humanidad cuando se utiliza a seres humanos como cobayas?
Hoy se estrena el documental Tres idénticos desconocidos (Three Identical Strangers, Tim Wardle, 2018) en el que su director recrea la historia de los trillizos desde el momento que se conocieron los primeros dos hermanos y entrevista a los propios involucrados, familiares, amigos y otras personas relacionadas con el caso que comentan y todos ellos analizan lo sucedido. El fenómeno mediático en el que se convirtieron los trillizos en los años 80 en Estados Unidos todavía sigue teniendo más preguntas que respuestas que aclaren lo sucedido. A pesar de que ya han pasado años desde que se descubrió este caso, el paso del tiempo parece no ayudar en dar respuestas concretas a lo ocurrido.
El documental Tres idénticos desconocidos dosifica y reparte equitativamente la incompleta información que se tiene del caso del psiquiatra americano Peter B. Neubauer sobre los trillizos, y vuelve a sacar a la luz un debate sobre unos hechos que transcurrieron durante los años 50 y 60 que plantean unos dilemas éticos y morales con los que se reflexiona en el documental. Tres idénticos desconocidos termina siendo una crónica que se convierte en thriller de intriga con una historia tan verdadera como impactante.
Este artículo va dedicado a mi abuela, que nos dejó recientemente y a quien le hubiese encantado ver este documental.
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