Un padre de familia intenta volver a conectar con su hija tras la pérdida de su mujer y madre de la pequeña. En uno de los momentos de su rutina diaria tienen un accidente de coche que les lleva a conocer a una mujer que sabe calmar a la niña cuando entra en pánico tras el incidente. Así se conocen los personajes protagonistas de Un lobo como yo (Wolk like me, Abe Forsythe, 2022), una miniserie de seis episodios en la que lo fantástico se mezcla con la realidad para producir una interesante combinación que como resultado da lugar a una entretenida producción. Las buenas interpretaciones de la pareja protagonista interpretada por Isla Fisher y Josh Gad ayudan tanto a la credibilidad de la historia como al buen rato que esta produce, sabiendo aportar emoción a ciertos momentos y poniendo el toque de humor a otros.
La imaginación juega un aspecto clave dado que muchas secuencias no muestran lo que el relato nos plantea pero aún así, el espectador sabe lo que nos quieren decir en todo momento. Prestando atención a los pequeños detalles pero también visualizando todo el escenario para situarnos en este barrio australiano y en el contexto de la historia, Un lobo como yo sorprende sobre todo por ser un drama romántico cuya banda sonora está compuesta por grupos indies que aportan una combinación inusual para el género en el que destaca. Las canciones del grupo Queens of the Stone Age y la artista Melody Gardot son claves en el desarrollo de la historia y en la descripción de la trama y concretamente, el disco ‘Villains’ de la banda liderada por Josh Homme es también protagonista apareciendo en varios episodios.
La serie vuelve a introducir el tema de los hombres lobo que parece que vuelve a subir a la palestra cada pocos años, y la mezcla de géneros cinematográficos como la comedia, el romance y el drama terminan de poner la guinda a la tarta. A pesar de su originalidad y buena banda sonora, a Un lobo como yo le falta algo o quizás le sobran bastantes estereotipos que conforman la trama dentro de una historia que es fácil de digerir, no tendrá muchas sorpresas y nos mantendrá entretenidos en estos seis breves episodios que terminan siendo como una película de dos horas y media de duración.
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