El director Ridley Scott relata la historia de la casa Gucci y cómo empezó siendo una empresa familiar que ha terminado en manos de hombres cuyos apellidos no son Gucci. Inspirada en hechos reales y basada en el libro de Sara Gay Forden, el director recrea así una historia familiar que parece haber existido para poder realizar una película sobre ella porque el culebrón está asegurado con sus continuos líos familiares que dicen haber tenido lugar durante las últimas décadas y que parecen seguir existiendo a día de hoy gracias al legado y a la excitación de la prensa rosa por hacerse millonaria a costa del morbo de las vidas de personas famosas.
La casa Gucci (Ridley Scott, 2021) nos traslada al Milán de finales de los años 70 y al momento en que se conocen Patrizia Reggiani y Maurizzio Gucci. La relación amorosa que pronto se inicia entre ambos les llevará a comenzar una serie de amistades y enemistades que tienen lugar principalmente cuando el negocio se mezcla con las relaciones familiares de la casa de los Gucci. Al exceso de lujo que caracteriza a la marca y que está bien representado en el filme, se une también el exceso de banda sonora que se mueve entre la música disco de la época con Donna Summer a la cabeza y otros artistas como George Michael, Luciano Pavarotti, Caterine Caselli, New Order, Blondie, David Bowie o Eurythmics entre otros muchos.
En sus dos horas y media de duración, la cinta describe la historia de las vidas de Maurizzio Gucci y Patrizia Reggiani y todo lo que vino después de que iniciaran su relación amorosa. Con un análisis de la historia que parece tener áreas grises y haber sufrido una interpretación propia que nos hace dudar de si estos eventos realmente sucedieron como se narran o incluso de si la historia principal fue lo que realmente se describe en la película, lo que sí está claro es que las interpretaciones del elenco ayudan a la recreación de esta historia tan peliculera y en la que Lady Gaga en su papel de Patrizia Reggiani está excepcional. El filón de una marca conocida como Gucci y los líos familiares de esta gente pudiente son los que parecen haber motivado a Ridley Scott a crear una historia de ficción inspirada en un relato real que gustará a aquellos que disfruten viendo los culebrones de la gente adinerada.
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