Tras numerosos cortometrajes y vídeos musicales con los que debutó durante los años 70 y 80, el director de cine Gus Van Sant se estrenó en los años 90 con un tercer largometraje que compartía las características del cine independiente que después ha ido remarcando a lo largo de su carrera cinematográfica. Mi Idaho privado (My Own Private Idaho, 1991) relata la historia de dos veinteañeros que malviven prostituyéndose y consumiendo drogas en las calles de Portland. Los jóvenes actores River Phoenix y Keanu Reeves interpretan a los protagonistas de una historia de amistad y soledad.

Procedentes de familias muy diferentes entre sí, el personaje de Phoenix ha vivido dentro de una familia disfuncional, y el personaje de Reeves es el hijo del alcalde que en forma de rechazo hacia su padre, se junta con este grupo de hombres que venden su cuerpo a otros hombres y sobreviven como pueden en las calles de la ciudad. Los dos protagonizan una inusual road movie que recorre varias ciudades americanas y llega hasta Roma en búsqueda de respuestas.

Gus Van Sant hace protagonistas de su largometraje a dos hombres que no se veían a menudo en el cine con los que a su vez habla de dos temas poco comunes dentro del séptimo arte entonces, la homosexualidad y la prostitución. Dos jóvenes marginados por la sociedad que con este viaje por carretera —con uno de los personajes sufriendo narcolepsia—, su director pretende describir la importancia que tiene la familia en la que te has criado y la educación que has recibido para la vida que vas a tener y el futuro que te espera. Mi Idaho privado es uno de los primeros filmes del director que posee una historia bastante lenta y sin mucha evolución hasta su final, en la que se percibe esa forma de grabar tan característica del director con su particular enfoque, colores y planos.


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