La responsabilidad de un director siempre es inmensa y el mérito de esos directores que se lanzan a rodar una película no debe ser poco ya que el esfuerzo y lo difícil que suele ser que esa película vea la luz es doblemente complicado. En este caso, el actor Raúl Arévalo ha dado el salto a la dirección con un thriller muy hispano que ha cautivado a los críticos del cine español, quienes lo han elegido no solo como mejor director novel sino también como mejor película española de 2017. Y tras visionar Tarde para la ira (Arévalo, 2016), podemos decir que, no siendo una mala película para ser el inicio en la trayectoria de un director primerizo, es una historia más sobre la venganza en la que sí que hay dos momentos cumbres que pueden sorprender al espectador, pero no por ello se puede considerar una gran película.
Tarde para la ira recae en ese toque barriobajero español repleto de palabras mal sonantes y sexualidad que tanto ha destacado en el cine español en las últimas décadas. La cinta comienza con un buen inicio al que le sigue una historia descrita de forma dispar con una división de localizaciones y personajes que desconcierta por lo inverosímil que llega a ser. La venganza es la razón principal del protagonista de la trama, y el thriller parece que se vuelve a poner de moda en el cine español como ya lo hicieron otras como La isla mínima (Alberto Rodríguez, 2014), El Niño (Daniel Monzón, 2014) o Grupo 7 (Alberto Rodríguez, 2012). Como comentaba al comienzo, es indudable la valentía que tiene un director al ponerse tras la cámara y en este caso, ese esfuerzo parece haber tenido recompensa para Raúl Arévalo pero, ¿de verdad es la mejor película española del año? ¿Tan malo ha sido el cine español en este 2016?
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