El estilo cinematográfico de la filmografía de la guionista y directora Paula Ortiz es detallista, visual y sonoro. Uno de sus carteles presentación nos recuerda por sus colores y estructura a su deslumbrante adaptación de ‘Bodas de Sangre’ de Lorca en La novia (Paula Ortiz, 2015) —leer reseña pinchando aquí—, y viendo Teresa (2023), rememoras muchas secuencias de la cinta protagonizada por Inma Cuesta con ese estilo tan personal de filmar secuencias literarias que son complicadas de transmitir en la gran pantalla. Basada en la figura de Teresa de Jesús y adaptando la obra de teatro ‘La lengua en pedazos’ de Juan Mayorga —quien es también aquí guionista de la película—, Ortiz recrea el momento en que un juez eclesiástico acude al convento de San Juan para juzgar a Santa Teresa de Jesús, y ambos mantienen un largo diálogo en el que él cuestiona su persona y doctrina, y ella se defiende con argumentos a las palabras de su inquisidor.

Con un halo en el que la religión y todo lo relacionado con ella rodea a la historia y la adorna durante toda la cinta, Teresa es una propuesta interesante que sumerge al espectador en su inicio hacia una conversación que con numerosos flashbacks a la vida pasada de la propia Teresa, nos adentra en su relato. Su puesta en escena y guión nos llevan a viajar a la España del siglo XVI y al texto que escribió la propia Teresa, y su directora recrea ese pasaje poniendo especial atención en los detalles, en las interpretaciones de sus actores y el sonido, y todos ellos aportan el estilo a esta forma de contar la historia tan singular que compone la directora zaragozana.

El elenco del que se rodea siempre Paula Ortiz borda unos personajes con muchas puntadas y generalmente complicados de describir y que aquí, en especial Blanca Portillo y Asier Etxeandia que forman la pareja protagonista, ponen toda su alma para interpretar dos papeles arriesgados con mucha personalidad y matices. El reto que supone esta adaptación es igual de grande que el que tiene para conseguir mantener al espectador sumergido en un diálogo que va complicándose conforme se desarrolla el metraje hasta adentrarse en un camino enzarzado por el que no todos disfrutarán recorriéndolo hasta su desenlace.