El personaje de cómic Venom es llevado a la gran pantalla a través del actor Tom Hardy que interpreta a un periodista que quiere desenmascarar la verdadera cara de un reputado científico que utiliza a seres humanos como cobayas para sus experimentos con alienígenas. El periodista pronto ve como uno de los alienígenas se fusiona con su cuerpo creando un monstruo que no tiene límites. Venom (Ruben Fleischer, 2018) se convierte así en una película de superhéroes en la que el protagonista simplemente presta su cuerpo para que el alien lo use a su conveniencia. El largometraje de Fleischer es un thriller de ciencia ficción con un nivel de entretenimiento medio que utiliza la comedia —principalmente el humor negro de su protagonista y la ironía de la pareja—, así como otros géneros cinematográficos como la acción para buscar la aceptación de sus espectadores.
Los actores Tom Hardy y Michelle Williams son los protagonistas, quienes con dos papeles mucho más planos y sencillos de lo que nos tienen acostumbrados —Michelle Williams ha confesado recientemente que aceptó el papel por dinero—, producen un blockbuster simple que sin mayores pretensiones y contando con un guión tradicional que incluye pocas sorpresas, acaban convirtiendo a Venom en otra cinta de superhéroes que no aporta nada nuevo y tan sólo deja unas cuantas escenas de acción merecedoras de ser vistas en el cine, pero que no superan a las de otras películas de superhéroes como pueden ser la trilogía de Batman de Christopher Nolan o las películas de los mutantes X-Men.
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