Basada en la novela de Stephen King ‘The Body’, los primeros acordes del famoso tema que da nombre a la película (‘Stand by Me’) suenan de fondo mientras vemos un hombre dentro de su camioneta y una voz en off que nos indica que vio un cadáver por primera vez a los 13 años, viajando a continuación al año 1959 para conocer a cuatro niños casi adolescentes que se hacen pasar por adultos fumando y jugando a las cartas. Cuenta conmigo (Stand by Me, Rob Reiner, 1986) narra la aventura que inician cuatro amigos en busca del cuerpo de un niño. Una combinación nostálgica con ingredientes como el verano, la vida rural, la amistad, la naturaleza y la propia aventura de la historia que nos hará recordar nuestra adolescencia y esos veranos interminables llenos de nuevas experiencias.
Con un narrador omnisciente que relata la historia y aporta más detalles de los que vemos en las imágenes, Cuenta conmigo es una película típica de los años 80 que construye a sus personajes siguiendo los prototipos que aún se mantienen en la actualidad pero que tienen una base repetitiva que conforman el personaje principal con el que conocemos la historia, el niño regordete que aporta comedia a la trama, el guapo que además es el líder del grupo y el chico más loco de la banda. Echar la vista atrás parece que siempre nos hace ver el pasado como un recuerdo mejor del que provoca la incertidumbre del futuro. Además, cuando el pasado trata de las primeras veces que vivimos nuevas experiencias es más emocionante y excitante como ocurre con historias como la de esta cinta, que influenció a producciones posteriores como Amigas para siempre (Now & Then, Lesli Linka Glatter, 1995) o la reciente serie de televisión Stranger Things —leer reseña pinchando aquí—.
La película de Rob Reiner no es solo cine de entretenimiento basado en la amistad y que aporta morriña a muchos en el presente, sino que el filme también refleja la importancia de la educación de padres a hijos y reflexiona a través de cuatro niños con problemas familiares. A pesar de todo ello, Cuenta conmigo relata una historia lineal sin sorpresas y predecible que ha adquirido con el tiempo un valor superior del que seguramente merece.
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