Recuerdo con especial cariño la excepcional representación de lo que significa irse un año de Erasmus y lo bien que su actriz —que también es guionista y directora del largometraje—, sabe expresar y relatar los sentimientos que nacen de esa experiencia en Julia ist (Elena Martín, 2017), el primer largometraje dirigido por Elena Martín que dejaba entrever su enorme capacidad para describir la variedad de sentimientos que puede sentir una persona en las experiencias y momentos que le suceden en la vida diaria fuera de su ciudad. Seis años después de ese primer filme, llega la segunda película de Elena Martín en la que aborda el deseo femenino. Creatura (2023) describe la vida de una mujer que se muda con su pareja a su casa familiar del pueblo y allí recuerda momentos de su infancia y juventud que le ayudarán a conocerse mejor.

La prestigiosa mirada tan personal y auténtica que realiza Elena Martín de la sexualidad femenina la consigue a través de un análisis de ciertos momentos de la vida de la protagonista durante su niñez y adolescencia. Las relaciones con su familia pero especialmente las que ha tenido con su madre y su padre, las relaciones con sus amigos, sus primeros acercamientos con la sexualidad y la forma en la que el entorno ha gestionado la educación y el comportamiento hacia este tema son tratados con especial atención.

La cinta remarca la incomodidad de conversaciones que los propios adultos no quieren tener con sus hijos, el rechazo que puede surgir de una mala gestión en la educación o esos años adolescentes tan complicados de gestionar con los que muchos nos veremos reconocidos ante las situaciones que se le plantean al personaje femenino y nos permitirá ver también el comportamiento de la gente de su alrededor. El protagonismo de ciertos momentos representados a cámara lenta en los que solo una pequeña sintonía musical describe esas situaciones nos ayudan a reflexionar y empatizar con el personaje principal. Creatura vuelve a reconocer a la directora Elena Martín por su gran trabajo en la representación en este caso, de una variedad de sentimientos que ahondan en la sensibilidad de la mujer, en el deseo femenino y en la relación que tenemos con nuestro cuerpo.


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