⇓ SPOILERS A CONTINUACIÓN ⇓

Una nueva temporada de Anatomía de Grey (Grey’s Anatomy, Shonda Rhimes, 2015) ha terminado, concretamente la duodécima temporada y para no perder las viejas costumbres de la serie en las que en los finales de temporada tenía lugar una gran tragedia, esta vez su creadora Shonda Rhimes ha querido dividir la tragedia en pequeños dramas que afectan a todos y cada uno de los personajes de la serie. En esta temporada el dramatismo de cada historia ha sido tal, que para poder darnos cuenta de lo verdaderamente dramático que puede llegar a ser un final de temporada de Anatomía de Grey —también podría valer un episodio cualquiera porque sobre todo esta temporada ha estado repleta de tragedias—, vamos a enumerar aquí las desgracias que vivimos en los 42 minutos que dura el vigésimo cuarto episodio de la duodécima temporada.

En la boda de Emilia, la hermana del ya fallecido Derek Shepherd empieza el día llorando porque su familia no quiere ir a su boda y su hermano no está para llevarla al altar. Por si no fuera suficiente, duda de si quiere casarse con su prometido —influenciada por Meredith— y huye de la boda. Jo rechaza la petición de matrimonio de Karev y él se marcha de casa mientras Jo se emborracha con una amiga y le cuenta lo triste que está. La amiga de la novia e interina debería estar mucho peor que ella ya que su novio no sobrevivió a una operación, pero aparentemente ella no es tan principal en la serie como para embadurnarnos más en su tragedia. April se pone de parto en casa de Meredith —un lugar que durante todos estos años ha vivido el sufrimiento de diversos personajes de la serie—. También cabe destacar ese momento tan doloroso del episodio con el interino rajándole la tripa con un cuchillo a April sin al parecer ningún tipo de anestesia porque si no lo hacen pronto el bebe puede morir. Todo ello en la mesa de la cocina de Meredith con el poco material que tiene y la mera presencia del interino como la única persona que puede atenderla y que puede hacer que April muera si no lo realiza correctamente.

Una imagen del último episodio de la temporada (Foto: IMDB)

La única paciente que vemos en este último episodio en el hospital Seattle Grace es el caso de una mujer con demencia que ha apuñalado a su hijo. La lluvia acompaña este dramático día con todos estos acontecimientos y parece querer predecir las numerosas tragedias con el diluvio universal que tiene lugar. Otro de los momentos es uno de los interinos que intenta ayudar a Jo que está borracha y la lleva a casa y ella se desnuda para meterse en cama y ambos se caen a la cama en el momento en que aparece Karev en la casa y la reacción de este es la de darle múltiples puñetazos. Y por último, Meredith Grey. La gran protagonista y ese personaje que incluso cuando podía haber ya superado sus múltiples tragedias, sigue regocijándose en ellas y haciendo de su vida una tragedia en sí misma. Todo este dramatismo se muestra en 37 minutos de episodio y sin embargo, sólo nos dejan 5 minutos de final feliz en el que nos muestran que el bebé y la madre están a salvo, Miranda y su marido se abrazan tras lo ocurrido, también lo hacen Callie y Arizona cuando llegan a un acuerdo y finalmente, la novia va hacia el altar para casarse. ¿Un episodio un tanto descompensado y que deja un sabor de boca muy agridulce no, Shonda Rhimes? Aunque con semejante audiencia para una serie que lleva 12 años llenando de desgracias los jueves por la noche americanos —viernes en España—, esto es probablemente lo que los mismos espectadores fieles estaban pidiendo.


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