Con una extraordinaria primera secuencia que nos da a conocer la ciudad de Belfast desde el aire y nos enseña el puerto, las calles o sus murales callejeros, Belfast (Kenneth Branagh, 2021) es una cinta que nos lleva a la capital de Irlanda del Norte a finales de los años 60 y nos adentra en las vidas de una familia que como el resto de la población irlandesa, tenía que soportar el conflicto armado que separaba a protestantes y católicos, y que finalmente perduró durante treinta años en el país. En el año 1969, la población irlandesa vivía más en las calles que en sus casas y las revueltas que tenían lugar dificultaban esos encuentros e hicieron que muchos tuvieran que decidir si emigraban de sus ciudades natales o vivían la peligrosidad e intranquilidad que esos disturbios ocasionaban.

Desde el punto de vista de un niño que se refugia en el cine, en los momentos que vive cada día con sus abuelos y en una compañera de clase que le gusta; el largometraje se centra en la infancia del chico en tierras movedizas tanto por los problemas económicos que sufrían sus padres como por los altercados continuos que creaban los dos bandos que enfrentaban a la población. Las entrañables secuencias protagonizadas por las conversaciones entre los abuelos y el nieto así como los bailes de los padres o juegos de los vecinos en la calle y la percepción del niño de todo ello son todavía más especiales gracias a los distintos ángulos de la cámara que crean secuencias con una fotografía y unos encuadres magníficos.

A la historia relatada en blanco y negro hay que sumarle una banda sonora compuesta mayoritariamente por canciones del músico Van Morrison a las que solamente un par de canciones de Tex Ritter y Love Affair le quitan algo de protagonismo al conocido con el sobrenombre de ‘El león de Belfast’, cuya música termina de completar el simbolismo y la belleza de grandiosos momentos que nos regala la película de Kenneth Branagh. Belfast es una cinta cargada de sentimiento y con mucha nostalgia de los momentos vividos en la infancia que si bien es algo lenta en su desarrollo y puede ser algo drástica en el retrato de ambos grupos separatistas que provocaron el conflicto en el país, tiene un relato a modo de cuento que nos regala grandiosos retratos.