Si bien es verdad que no era mi primera opción para ir al cine, ver Barbie (Greta Gerwig, 2023) en una sala llena de mujeres y hombres adolescentes —muchas y muchos con el color rosa en sus prendas— ha sido toda una experiencia. Desde su primera secuencia adaptando una mítica escena introductoria de una película conocida en la historia del cine dentro del universo Barbie, y ayudándose de una narradora que a modo de cuento nos detalla y explica con un contexto histórico y social lo que rodea a la historia de la famosa muñeca con cierta ironía en sus palabras, el mundo construido por Greta Gerwig demuestra que está al nivel del grandioso proceso de marketing que se ha hecho para la película y que ha ayudado a la buena caja que está haciendo desde su estreno.
Con la comedia —especialmente el humor que aporta el personaje de Ken que interpreta Ryan Gosling pero también riéndose de esa concepción de los gustos masculinos que prevalecen en la sociedad—, así como el musical que son ambos los géneros cinematográficos principales, y un marcado contexto reivindicativo al que se le da la vuelta a la historia de sexos que tenemos normalizada, Barbie utiliza la figura de la conocida muñeca que fue creada por Ruth Handler para mostrar con ironía el control y manufactura que sin embargo, se llevan los hombres que están detrás de su fortuna. La mezcla entre animación y realismo se utiliza para entretener —sobre todo visualmente—, pero también para denunciar la inmensidad de estereotipos normalizados y creados por la sociedad en los que la mujer ha sido desacreditada y usada para el bien del hombre.
La reivindicación y el entretenimiento van de la mano en todo momento en esta sátira construida a partir de la invención de un prototipo perfecto de mujer y el perfecto mundo en el que vive —una especie de Instagram al que queremos sacarle lo malo por perfecto que todo se nos muestre—. El evidente nivel de patetismo en su sentido del humor y su puesta en escena puede que no guste a todo el mundo, pero no por ello debe reconocerse que es una recreación por todo lo alto del mundo creado para Barbie que va acorde a los tiempos que vivimos, y con la que la cinta pretende sacar los colores a ese patriarcado que sigue liderando un mundo que no solo es de hombres y en el que el feminismo ha llegado para pedir igualdad y respeto.
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